Pero aunque el paradigma mecanicista cumplió con gran parte
de lo que prometía, también tuvo consecuencias inesperadas e indeseables para
la disciplina.
La perspectiva fundamental de la T.O con respecto a los
seres humanos cambio de manera radical. La apreciación inicial de la naturaleza
humana ocupacional de los seres humanos, la unidad de mente y cuerpo, el
mantenimiento de sí mismo por medio de la ocupación y el ritmo y el equilibrio dinámico
del comportamiento organizado fueron reemplazados por una nueve perspectiva
profunda.
Los terapeutas también comenzaron a valorar menos la
experiencia personal del proceso del compromiso en una ocupación. Centraron su
atención como terapeutas en el impacto de la actividad sobre los mecanismos subyacentes,
tendieron a perder de vista el significado de la actividad para la persona.
Con estos antecedentes fueron varios los científicos que
criticaron al reduccionismo por haber creado una versión pasiva y mecánica del
comportamiento humano, dijeron que este era un mecanismo incompleto y que
proveía explicaciones insuficientes de los efectos de la ocupación sobre los
pacientes (REILLY, 1962,1974)
El modelo medico reduccionista fracaso sobre todo en tratar
toda la variedad de problemas de las personas discapacitadas. Estos ´problemas
van más allá de los déficit de los mecanismos internos y suponen la lucha por
lograr una vida social prospera.
Afines de la década de los 60`se hizo cada vez más evidente
que la T.O carecía de identidad
unificadora y que estaba tornándose demasiado diversa y fragmentaria.
Además, el paradigma mecanicista había desviado a la
disciplina de su misión original y eclipso su idea más influyente, la
importancia de la ocupación como medida de recuperación de la salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario